miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿Como llegar?
Colmenares es una pedanía del municipio de dehesa de Montejo. Situada a 100 kilómetros al norte de la capital de provincia, Palencia. Aunque su apellido sea Ojeda, la estética de Colmenares es aún de zona de montaña, con calles empinadas y resbaladizas por la humedad, con prados verdes, una explotación de vacuno a la entrada, unas cuantas gallinas merodeando por las calles, y unos riscos y peñascos con formas singulares que dan la bienvenida. Sin embargo, quizás no sea esta estampa la que más llame la atención. Su riqueza monumental o artística y su arquitectura civil o popular merecen una mención.


Dependiendo desde el lugar por el que queramos llegar, debemos seguir la carretera desde herrera de pisuerga y desviarnos por Olmos de Ojeda y seguir aravesando los pueblos de Quintanatello, Vega de Bur y Amayuelas de ojeda hasta llegar a Colmenares, este es el camino más largo pero durante los apenas 15 kilómetros se disfrutará de bellos paisajes.

El otro camino parte desde Cervera de Pisuerga, nos dirigimos hacia Dehesa de montejo y atravesando dicho pueblo, al cabo de apenas 10 minutos llegaremos a Colmenares de Ojeda.


Historia
Tenemos claros indicios de que antes de la llegada de los romanos a la peninsula, el norte de Palencia era habitada por los pueblos cántabros extendiendo su dominio hasta la costa atlántica.
Incluso se tiene la evidencia de que los Camaricos habitaron la zona de Colmenares, dado que son hechos contrastados que Camarica era una población situada a pocos kilómetros al sur de la localidad. Hay evidencias arqueológicas que costatan este último dato, dado que en las proximidades de Colmenares se encuentra el yacimiento de Otero (con importantes ayazgos arqueológicos) en el cual se han desarrollado rigurosos estudios académicos. Por lo cual podemos decir que la población de Comenares de Ojeda tenía una importante ubicación política y extratégica en tiempos prerrománicos.

En la edad media la localidad vivió su época de mayor esplendor. La región tomo una especial importancia en la reconquista cristiana como avanzadilla en la zona del rio Duero. En el siglo XII aparece la figura de Rodrigo Gustios, datos contrasstados demuestran que este personaje histórico, encargado de rehabilitar la abadía de Lebanza, nació y murio en Colmenares.

De la importancia de la localidad dan fe la iglesia de San Fructuoso y los resto de la Torre Fuerte, llamada "castillo" por la gente que habita el pueblo.

De la edad moderna podemos destacar la progresiva decadencia de las zonas rurales de la comarca en deprimento de las ciudades que fue dejando el dominio de éstos en manos de los "segundones" de la nobleza o del clero, que se aferraban a sus privilegios y los ostentaban con orgullo, como demuestran las casonas o casas hidalgas de las que aún se ven varios buenos ejemplares. Aun en los albores del siglo XX la importancia de estas familias hidalgas era manifiesta, aunque su poder fuera más honorífico que otra cosa.

En el siglo XX, los vertiginosos cambios que sufrió la humanidad en su conjunto dejaron su huella en Colmenares. La galopante despoblación y la pérdida de identidad han sido las consecuencias más evidentes. En este siglo, destacamos la figura de la religiosa teresiana maximina de Jesús (Maximina García), que vivió su infancia en Colmenares, y cuyo proceso de beatificación se sigue en el Vaticano.

¿Qué visitar?
En un pueblo pequeño, con apenas 20 habitantes, nos podemos recrear en la maravillosa pila bautismal que data del siglo XII, una de las más espectaculares de la provincia. Se puede diferenciar tres caras en dicha pila bautismal; en la primera de ella se representa, como es lógico, el bautismo por del niño Jesús que es introducido en ella por un prebítero mientras varios personajes aguardan a la izquierda de la escena. a continuación se observa la resurrección de San Lázaro, según siempre la interpretación que de estos personajes se realizan. Por último las Marías ante el sepulcro sosteniendo en sus manos los perfumes destinados a ungir el cuerpo de Jesús. En último plano, y para rellenar el espacio libre de la superficie a tallar, nos encontramos a los soldados en estado de somnolencia. Más a la derecha vemos a un Ángel descender para anunciar que Jesús ya no está allí. Existe también un colofón iconográfico, un grifo sujetado por lazos vegetales rematados por piñas, los cuales cumplen la función de sujetar a este animal vigilante de lo sagrado, para que ejerza su función hasta la eternidad.

Lógicamente dicha pila butismal descansa en un templo, a la par de su categoría, de estilo gótico. Construido en el siglo XVI, con su posición elevada parece estar vigilando ante todo lo que pueda ocurrir en Colmenares. En la portada de la iglesia de San Fructuoso mártir encontraremos enigmáticos capiteles con rostros humanos de cuyas bocas salen largos sarmientos. En sus jambas unos lobos atacan a un jabalí. Esta entrada protegida con un esbelto pórtico, abiertos con arcos a todos los aires y techada por una bóveda de crucería con terceletes y tracería (decoraciones arquitectónicas formadas por figuras geométricas) de estilo flamígero. En su interior, la iglesia, está dividida en dos naves. Un coro formado por una tracería pétrea. Y al fondo divisamos la ya citada anteriormente pila bautismal románica del siglo XII. Al lado de la Monumental Iglesia, una casa noble destaca por la perfección de su cantería y por la magnífica labra de su blasón, enmarcado con el habitual yelmo y una pareja de soberbios leones tenantes


Aún quedan restos de lo que fue la Torre Fuerte, llamada castillo por la gente que habita el pueblo. La torre tenía una planta de 1 metro por 1.70 metros de ancho y sus muros tenían un grosor de algo mas de 1 metro.